Emocional y formal, el jardín residencial del Elda es conceptual desde el punto de vista del entorno de la vivienda y de la percepciones que se sienten cuando paseamos y observamos que la vivienda-jardín es una unidad paisajista que logra la cohabitación en el tiempo y en el espacio. En los materiales, en los volúmenes, colores y texturas, el encuentro con nuestro espacio personal se hace evidente.